El café arábica tiene su origen en Etiopía y por sus características es de las especies más comunes cultivadas en todo el mundo. Se estima que este tipo de café supere el 60% de la producción global, siendo el café robusta el segundo más cultivado. 

 Para reconocer el café arábica puedes hacerlo de dos maneras, la primera es por las características del grano, en su forma tiene una fisura curva y alargada que se diferencia del grano tipo robusta cuya fisura es más recta.

La otra forma de reconocerlo es mediante el sabor y aroma, el café arábica es muy aromático y respecto a otros tipos de café es menos amargo; por supuesto siempre dependerá del tipo de cultivo de esta especie.

A la planta de café se le denomina “Cafeto” y hay muchas especies de esta, el de tipo arábica tiene una gama bastante extensa, también de subespecies o tipos y según la región de cultivo pueden ser: 

  • Icatu
  • Catuay
  • Marella
  • Típica
  • Pache
  • Maragogype
  • Moka
  • Mondo Novo
  • Leroy
  • Caturra
  • Bourbon

 

Para el cultivo de café arábica se requiere que el sembradío se ubique al menos por 900 metros sobre el nivel del mar, esto proporciona las condiciones climáticas ideales para el desarrollo del cafeto.

 En su composición química, el café arábica tiene un porcentaje bajo de cafeína respecto a otros, cuenta con 1,5% de densidad de cafeína mientras que el robusta tiene 2,5%. Es ideal para quienes desean disfrutar de un café suave en textura y sabor pero muy aromático.