El espresso es una de las presentaciones más conocidas del café, por lo general no tiene elementos adicionales como la leche y su sabor es muy concentrado. La presentación en cuanto a cantidad corresponde al tercio de una taza normal de café, desde los 30 ml y cuando es “doble” 60 ml.  

El café espresso se sirve con una capa cremosa que cubre la parte más líquida y concentrada de un aspecto bastante oscuro. Antes de probarlo se suele remover para combinar la capa cremosa con el fondo y así poder disfrutar mejor de su sabor.

Esta presentación es para las personas que tienen preferencia por un café fuerte, denso y cremoso. No necesariamente por su sabor concentrado debe ser amargo, dependerá del tipo de café que estemos tomando, arábica o robusta. En Venezuela es común que en cafeterías o panaderías las personas para pedir un café espresso digan: “dame un negrito”.

El latte, capuchino y macchiato siendo de los tipos de café más comunes, tienen como base el espresso, lo que favorece la textura y sabor de cada uno de ellos, indistintamente de la cantidad de leche y técnica de preparación. Si tienes un buen café espresso tendrás una excelente preparación de cualquier otro derivado.