El Café Torrefacto es una variedad de café muy popular en varios países del mundo, conocida por su sabor y aroma único. Es ampliamente consumido en España, Francia, Portugal y algunos países de América Latina. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál es el origen de este tipo de café? ¿Cómo se procesa para obtener sus características distintivas? ¿Cuáles son sus ventajas y cómo se consume en el mundo? ¡Sigue leyendo para descubrirlo!

Algunos relatos atribuyen el origen del café torrefacto al siglo XVIII en Europa, cuando los procesos de tostado del café comenzaron a desarrollarse. Se dice que fue creado en Francia durante la época de Napoleón Bonaparte, como una forma de conservar mejor el café para los soldados.

Otros hechos asocian la invención y popularización del café torrefacto con el empresario español José Gómez Tejedor, quien luego de viajes de abastecimiento a México y Cuba conoció de primera mano los métodos de conservación del café que tenían en este lado del continente. La versión más popular sostiene que los mineros en Cuba agregaban azúcar al café durante el tostado para extender su vida útil.

Luego de años de perfeccionamiento de esta técnica José Gómez Tejedor logra patentar este método de torrefacción en 1901 y logra popularizarlo bajo la premisa de un café más económico, de sabor intenso y duradero.

Proceso del café torrefacto

El proceso de producción del Café Torrefacto difiere del proceso convencional de tostado del café. En lugar de tostar solo los granos de café, se añade azúcar durante el proceso de tostado, en específico en la última etapa. El azúcar se carameliza y se adhiere a los granos de café, lo que crea una capa exterior bastante hermética. Esta capa de azúcar caramelizada le da al café torrefacto la ventaja de retrasar el proceso de oxidación, prolongando una duración de entre 4 y 6 meses.

Es por ello que una de las principales ventajas del café torrefacto es su prolongada duración. Gracias a la capa de azúcar caramelizado, los granos de café se mantienen protegidos de la oxidación y el deterioro, lo que garantiza que el café conserve su sabor y aroma por más tiempo.

Además de su duradera “frescura”, el café torrefacto también ofrece un sabor único y distintivo, hay quienes lo describen como de “sabor fuerte y algunas veces amargo”. Otros lo relacionan con un sabor ligeramente dulce, y esto tiene relación directa con la caramelización del azúcar durante el proceso de tostado. Esta combinación de sabores es muy apreciada por los amantes del café, ya que agrega una dimensión adicional a la experiencia de degustar esta bebida tan popular sobre todo en países como España.

Consumo y popularidad

En cuanto al consumo del café torrefacto en el mundo, es especialmente destacado en España. En este país, es común encontrarlo en cafeterías y tiendas de café especializadas. Su popularidad vino en ascenso en las comunidades españolas desde 1930 y se afianzó después de la guerra civil cuando se convirtió en la bebida que gozaba de preferencia por bajo costo.

Es así como desde mediados del siglo pasado los españoles empezaron a asociar el sabor del café de torrefacto con “un café de calidad”. Y esto se debe a que para la época el contexto socioeconómico los llevó a elegir el café torrefacto por encima de otras opciones, lo que sentó las bases para las futuras generaciones que encuentran una tradición cultural en este tipo de café.

Fuera de España ha ganado popularidad en Francia y Portugal, donde es apreciado por su sabor dulce y su aroma intenso. En América Latina, países como México y Colombia también han adoptado esta variedad de café.

Factor costo

Otro de los aspectos que refuerzan la popularidad comercial del café torrefacto son los costos de producción. Se estima que en su mayoría el café torrefacto utiliza granos de la variedad robusta que son de menor costo, los cuales de entrada significan una menor inversión.

Así mismo los granos utilizados para la producción de café torrefacto puede que en algunos casos no sean de la mejor calidad, pero, su sabor final en taza se suele enmascarar bastante bien con el azúcar que lo recubre. Granos de café que pueden tener un sabor normalmente muy amargo, terminan siendo suavizados y con un toque dulce luego del proceso de torrefacto.

Aunque en el amplio y diverso mundo del café los gustos son muy variados, la calidad y el sabor en taza terminan siendo un tema subjetivo de cada paladar, en lo que al consumidor corriente respecta. Por lo que la calidad del grano utilizado sea robusta o arábica en algunos casos termina siendo desplazado por la cultura de cada región, como es el caso de España.

Un aspecto que también hay que considerar es que el azúcar agrega un 20% al peso del producto final del café torrefacto, por lo que disminuye aún más los costos en café.

Hay que probar y decidir

La cultura del café ofrece suficientes opciones para los amantes de esta bebida, y el café torrefacto puede ser una buena opción para quienes normalmente colocan azúcar al café para suavizar su sabor.

Hay muchos seguidores que lo utilizan para preparar diversas variedades de café, como el café cortado (un shot de espresso con un poco de leche) y el café con leche. También se utiliza para preparar otras bebidas populares, como el café con hielo y el café con licor.

Lo importante es probar para formarte un criterio de cuáles son tus preferencias dentro del vasto mundo del café. Lo que sí debes tener en consideración es que el café torrefacto puede ser perjudicial para las personas con diabetes, por lo que no es recomendable abusar de la ingesta de esta bebida.