El mundo del café es fascinante y variado, con una diversidad que se extiende desde las diferentes formas de preparación hasta las diversas variedades de granos disponibles. Entre estas variedades, dos de las más populares y ampliamente consumidas son el café arábica y robusta.

Ambos tienen su propia historia, usos y ventajas únicas, con aspectos notables que los distinguen. Por ello son bastante valorados cada uno en su sector de la industria cafetalera.

Origen del café arábica

El café arábica es originario de las montañas de Etiopía, donde crece de forma silvestre. Se cree que fue descubierto por un pastor de cabras que notó cómo sus animales se volvían más activos después de consumir las cerezas de café. Desde allí, el cultivo de café se extendió a Yemen y luego a otras partes del mundo a través de los comerciantes árabes, de ahí el nombre de «arábica».

Si quieres conocer más acerca del origen del café te invitamos a leer este artículo que hemos publicado recientemente.

Usos del café arábica dentro de la industria

Este grano es el preferido por los aficionados al café y los baristas debido a su amplia diversidad de sabores suaves y ligeramente dulces. Dependiendo del origen algunos pueden destacar por sus notas de azúcar, frutas y bayas, lo que promueve que este tipo de café cuente con gran presencia en eventos y competencias internacionales de barismo.

Para el sector de la industria dedicado al café de especialidad el café arábica es de un gran valor y aporte. También se utiliza en la producción de café gourmet, así como en mezclas de café de alta calidad.

Por supuesto estos niveles de calidad que son parte de las bondades del café arábica, se ven reflejados en su precio final cuando sale al mercado. Esto debido a que es una variedad de café que requiere de los cuidados más eficientes por su baja resistencia a las plagas.

Además, es un grano que se cultiva únicamente en terrenos con una altitud superior a los 800 metros sobre el nivel del mar, lo que quiere decir que la altura y las riquezas minerales del suelo intervienen en gran parte en su sabor y aroma.

El café arábica tiene varias ventajas que lo hacen atractivo para los consumidores. En primer lugar, hay quienes consideran que tiene un sabor y aroma superiores a los de otras variedades de café. Además, los granos de arábica contienen menos cafeína que los de robusta, lo que puede ser beneficioso para las personas que quieren disfrutar del sabor del café sin los efectos estimulantes de la cafeína o que cuentan con alguna condición de salud que les prohíbe la ingesta de la cafeína.

Origen del café robusta

El café robusta, por otro lado, es originario de África Central y Occidental. Su nombre «robusta» proviene de su resistencia a las enfermedades y a las condiciones climáticas adversas, lo que le permite crecer a altitudes más bajas y en climas más cálidos que el arábica.

Usos del café robusta en la industria

El café robusta se utiliza principalmente en mezclas de café instantáneo y espresso debido a su sabor fuerte y su alto contenido de cafeína. También se utiliza para hacer café con leche y capuchino, ya que produce una crema más espesa y duradera que el arábica.

Se estima que la producción de café robusta en el mundo representa un 40% del total global y que esté destinado a un sector comercial que produce el café empaquetado que va a los anaqueles de los supermercados.

El café robusta tiene varias ventajas. En primer lugar, es más fácil de cultivar y más resistente a las enfermedades y plagas que el arábica, lo que lo hace más rentable para los agricultores. Además, su alto contenido de cafeína puede ser atractivo para los consumidores que buscan un impulso de energía.

Diferencias entre el café arábica y robusta

Existen varias diferencias notables entre el café arábica y robusta. En términos de sabor, el arábica es más suave y tiene un sabor más complejo y matizado, mientras que el robusta es más fuerte y más amargo.

 

En términos de contenido de cafeína, el robusta contiene casi el doble que el arábica. Además, los granos de arábica son más ovalados y tienen una línea de cresta curva, mientras que los granos de robusta son más redondos y tienen una línea de cresta recta.

Sin embargo, las diferencias entre uno y otro no quiere decir que un tipo de café sea malo o bueno, simplemente por sus características únicas tienen usos y preferencias diferentes dentro del mercado. Por ello tanto el café arábica como el robusta tienen su lugar en el mundo del café.

Un ejercicio que puede ayudar a educar tu paladar en el mundo del café es probar arábica y robusta, diferencias sus sabores y aromas. Esto ayuda a que puedas crear un criterio de cuál es tu favorito entre uno y otro. Toma en cuenta que en las cafeterías con café de especialidad es donde puedes vivir esta experiencia y donde obtendrás información del tipo de café que tienes servido en taza.

Lo que se suele escuchar es que el café arábica es apreciado por su sabor superior y suave, el robusta es valorado por su fuerza y su alto contenido de cafeína. Aunque esto para quienes quieren comenzar a diferenciarlos puede parecer algo abstracto en la práctica. Por ello te recomendamos saborear el espresso y concentrarte en su aroma, de forma que puedas poner en práctica todos tus sentidos al momento de degustar el café.