El café ocupa un lugar privilegiado en la actividad económica mundial, de su comercialización dependen cientos de empleos anualmente. Esto se debe principalmente a la producción de dos tipos de café: arábica y robusta.

A la comercialización de un tipo de café u otro corresponde una serie de variables que valdría la pena mencionar. Pues tanto arábica como robusta terminan atendiendo necesidades específicas de los mercados.

En cuanto al café robusta, se estima que represente entre el 15% y 25% de la producción mundial. Pero no hay que subestimar su porcentaje de producción, el sector de la industria que trabaja con variedad de café robusta lo hace por tres razones principales:

  • Mayor facilidad de producción, pues no requiere de tanta altitud para su cosecha y es más resistente a las plagas.
  • Su costo de producción es menor respecto al arábica.
  • Es perfecto para realizar blends (mezclas) de variedades de robusta.

En general el café robusta ofrece bondades para un sector de la industria que requiere trabajar con mayor volumen, con una tasa de riesgo baja y unos costos de producción menores. Aunque se debe tomar en cuenta que si bien el costo de producción del robusta es menor que el del arábica, no necesariamente implica que sea más rentable a largo plazo.

El café arábica por su parte cuenta con una mayor preferencia entre los mercados, su producción mundial va en aumento (entre 65% y 70%), y esto se debe a la calidad. Pues a pesar de que requiere de condiciones climáticas más específicas para su cosecha y contiene menor cafeína, el sabor final en taza termina compensando lo anterior.

La cultura del café de especialidad también le ha dado un lugar privilegiado al café arábica dentro de los mercados, ofreciendo distinción y calidad por encima de los costos de producción.

En cuanto al consumo, hay personas que han comprado la misma marca de café molido en el supermercado por años, son fieles a su sabor, aroma y el precio les permite mantener un consumo constante, pudiendo ser seguramente café robusta.

Mientras que hay otras un poco más exigentes que prefieren moler su propio café o ir a una cafetería donde conocen que sirven café arábica. Todo se resumirá siempre a las preferencias del consumidor y en el café hay mucho para escoger.