Para quienes prefieren comprar y moler su propio café, hay unas recomendaciones que pueden mejorar su experiencia en cada taza. Algunas veces el café tiene un sabor extraño o no deseado y quizás no tenga que ver propiamente con el tipo de grano, sino, con su proceso de oxidación.
La primera de las recomendaciones es observar siempre en el empaque el número de lote y la fecha de expiración del café, esto te dará una idea de cuánto tiempo tiene el café de haber sido tostado. Considera que el café se mantiene fresco hasta 2 meses después de haber sido tostado.
Al momento de preparar el café podrás notar que pasa por un proceso de desgasificación o blooming, que no es otra cosa que la liberación del dióxido de carbono contenido en el café al entrar en contacto con el agua caliente. Este proceso es fundamental para poder percibir los sabores y aromas correctos del café.
Otro dato importante es que al momento de la preparación del café puedas notar los aromas característicos de un café fresco. Puedes percibir diversas notas frutales, a caramelo o chocolate, todo depende de la variedad que elijas. Es importante no percibir olores de tipo óxido, cartón, papel o humedad, que son características de un café propiamente avejentado u oxidado.