Carlos Rizzo es un tostador y barista venezolano de amplia trayectoria en el ámbito del café. En esta oportunidad ofreció sus recomendaciones a Caracas Quiere Café sobre lo que considera importante en la labor del tostador que se inicia en el ámbito del café.

“El objetivo sigue siendo tener una replicabilidad de procesos, para lograr tuestes de la mejor manera posible para que el mercado lo acepte. Por ello siempre recomiendo tratar de protocolarizar las dinámicas que se hacen, eso va a ayudar mucho a que se puedan conseguir buenos resultados. Es un poco cuadrado, pero ayuda más que todo en la parte laboral a que el joven tenga paciencia”, recomendó Rizzo. 

“Mi papá siempre me decía: escucha, calla y aprende. La gente joven quiere hacerse millonaria de un día para otro, hay programas para ello, pero en mi época se trabajaba de otra manera, entonces les recomiendo que vayan con calma y paciencia. ¿Te va mal? ¿Te estresas en el trabajo? Aprende, ve qué haces, ve qué tiene él, que tú no tienes, qué hace él, que tú no estás haciendo. Toma toda esa información y aplícala a tus próximos movimientos y poco a poco vas a ir subiendo de escalón” complementó.

“Las recomendaciones uno las  comenta y no todos la toman de la misma manera, pero me ha funcionado; voy lento, pero confiado de que se están logrando las cosas, estoy tranquilo y en paz”, apuntó Rizzo.

Comunicación en la cadena de valor

“El café de especialidad o el café, termina cuando sales del local, cuando llegas a tu casa, cuando termina el día, no es como otros productos que ya están embotellados para consumir luego. El café tiene que ser molido, extraído, y esa extracción se realiza con un agua, alguien tiene que cambiar los filtros o el agua del bidón, tienes que calibrar máquinas, entregar, cobrar, debes que tener una sonrisa, la persona tiene que aceptar el café”

“Hay una continuidad de procesos que hacen que el café realmente valga la pena y que brinde energía y felicidad. Todos los que están en esa cadena deben participar tratando de tener la información precisa a mano en caso de cualquier eventualidad para poder comercializar dicho café, para poder darle sentido a la taza que se está entregando”.

“El barista debe – si es posible – dar toda la información del café que la persona está consumiendo para que tenga en consideración que hay una zona en particular en la cual ese café se sembró, si tiene conocimiento, las fincas en las que fue cosechado o al menos quién lo tostó. Esa información ayuda al comensal a sentirse más en casa, porque para uno como venezolano el café es distinto, es más familiar, más de hogar”

“Eso se tiene que visibilizar. Y todos tienen que participar en ello. Quitando la parte comercial y de crecimiento personal, pero ayudando a los demás para que el proceso funcione, tiene que haber una comunicación constante. Y eso también aplica dentro del tostador y el barista”. 

“Tiene que haber una buena comunicación entre el tostador y el barista, porque en ocasiones se echan la culpa entre ellos o le echan la culpa al café, no tienen idea del esfuerzo que está realizando el caficultor, el caballero que está levantando los sacos del café, el del camión al pasar por los huecos de la carretera. Esos detalles deben ser visibilizados para que la gente tome conciencia de que el café es una bebida muy importante, nos llena de alegría y debe ser tratado como tal”.

“Siempre le recomiendo a la gente joven, comuníquense, vayan a tostadurías, vayan a cafeterías si tienen la oportunidad, reúnanse en varios sitios. Hay rutas de café. Coordinen con distintas cafeterías, todos ganan al final”. 

“Es parte de la propuesta de uno como instructor, cuando uno se enamora de la parte educativa y conociendo la realidad de los profesores venezolanos, lo que hacemos es meramente amor por lo que damos, amor por el café venezolano”, finalizó”.